La vuelta al trabajo después de una baja de larga duración puede suponer un reto tanto para el trabajador como para la empresa. En este post te explicamos la ley que regula la incorporación progresiva al puesto de trabajo tras una baja por incapacidad temporal, así como los distintos casos que pueden darse según el motivo de la baja: maternidad, paternidad, accidente, depresión, etc.
¿Qué derechos tiene el trabajador que se reincorpora tras una baja de larga duración
Se consideran bajas de larga duración aquellas que supongan más de 61 días.
El trabajador que se reincorpora a su puesto de trabajo tras una baja de larga duración tiene derecho a:
- Mantener su antigüedad y el resto de las condiciones laborales (salario, jornada, etc.).
- Solicitar una adaptación de su puesto de trabajo o una reducción de jornada si tiene limitaciones o secuelas derivadas de la enfermedad o el accidente.
- Disfrutar de las vacaciones pendientes que no haya podido tomar durante la baja, siempre que haya acordado con la empresa el periodo de disfrute.
- No ser despedido por el hecho de haber estado de baja, salvo que exista una causa objetiva y justificada.
¿Qué obligaciones tiene el trabajador que se reincorpora tras una baja de larga duración?
El trabajador que se reincorpora a su puesto de trabajo tras una baja de larga duración tiene la obligación de:
- Comunicar a la empresa el alta médica y la fecha de reincorporación.
- Cumplir con las normas de prevención de riesgos laborales y las medidas de protección que se establezcan para su salud y seguridad.
- Seguir el tratamiento médico y las revisiones periódicas que se le indiquen.
¿Qué beneficios tiene la incorporación progresiva al trabajo tras una baja de larga duración?
La incorporación progresiva al trabajo tras una baja de larga duración tiene beneficios tanto para el trabajador como para la empresa.
Para el trabajador, supone una mejora de su salud física y mental, una recuperación de su autoestima y su motivación profesional, además de una mayor integración social y laboral.
Para la empresa, supone una reducción del absentismo y del coste económico de las bajas, una mayor productividad y calidad del trabajo, y una mejora del clima laboral y de la imagen corporativa.
¿Qué casos especiales existen en la incorporación progresiva al trabajo tras una baja de larga duración?
Existen algunos casos especiales que requieren una atención particular en la incorporación progresiva al trabajo tras una baja de larga duración, como son:
- La baja por maternidad o paternidad:
En este caso, el trabajador tiene derecho a una prestación económica por el 100% de la base reguladora durante 16 semanas (ampliables en caso de parto múltiple, discapacidad del hijo o familia numerosa). Además, puede solicitar una excedencia por cuidado de hijos hasta que éstos cumplan tres años, o una reducción de jornada hasta que cumplan doce años. - La baja por accidente de trabajo:
En este caso, el trabajador tiene derecho a una prestación económica por el 75% de la base reguladora desde el día siguiente al de la baja. Además, puede solicitar una indemnización por daños y perjuicios si el accidente se ha producido por falta de medidas de seguridad de la empresa. - La baja por depresión:
En este caso, el trabajador tiene derecho a una prestación económica por el 60% de la base reguladora desde el día 4 al 20 de la baja, y por el 75% a partir del día 217. Además, puede solicitar una adaptación de su puesto de trabajo o una reducción de jornada si sufre estrés, ansiedad o dificultades de concentración.
¿Qué consejos se pueden dar para facilitar la incorporación progresiva al trabajo tras una baja de larga duración?
Para facilitar la incorporación progresiva al trabajo tras una baja de larga duración, se pueden seguir los siguientes consejos:
- Planificar la vuelta al trabajo con antelación, informándose de los cambios que se hayan producido en la empresa y en el puesto de trabajo.
- Mantener una actitud positiva y proactiva, mostrando interés por el trabajo y por los compañeros.
- Pedir ayuda y apoyo si se necesita, tanto a los profesionales sanitarios como a los responsables y compañeros de trabajo.
- Respetar el ritmo de recuperación y no forzar las capacidades, evitando el sobreesfuerzo y el agotamiento.
- Seguir hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada, una actividad física moderada y un descanso adecuado.
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